Puede sonar a cliché, pero ahora es el momento de centrarse en lo positivo. Su hijo va a ir a la universidad y tiene la ambición, la inteligencia y el impulso para hacer algo en la vida. Tómese un momento para celebrar esa pequeña victoria.

Enviar a su hijo a la universidad sin tener ahorros no será fácil. Requerirá más investigación, más redacción y más deuda. Sin embargo, esta desventaja no es insuperable: tanto usted como su hijo tendrán que esforzarse un poco más para lograrlo.

Antes de comenzar a planificar su plan de acción, obtenga una estimación realista de los costos. El College Board mantiene una herramienta llamada calculadora de contribución familiar estimada (EFC, por sus siglas en inglés). Con esta herramienta, ingrese sus ingresos, sus ahorros y la cantidad de personas en su hogar. Al final, obtendrá un monto en dólares que muestra cuánto espera el gobierno federal que pague. Puede usar esta cifra como un objetivo de cuánto deberá reunir cada año.

Aunque pueda resultar difícil tener esta conversación con su hijo, debería hacerlo. En algún momento, su hijo tendrá que leer y firmar la FAFSA (Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes), que requiere información sobre sus ingresos y ahorros. Esto también ayudará a su hijo a tomar una decisión informada sobre a qué escuela asistir.

Una vez que comprenda bien los costos realistas, es hora de comenzar a planificar. A continuación, se presentan tres opciones que puede considerar mientras usted y su hijo planifican los próximos pasos:

Elija escuelas flexibles

Anime a su hijo a que solicite la admisión y visite algunas escuelas en las que probablemente esté entre los mejores estudiantes. Hay un pequeño secreto sucio en el mundo de las admisiones universitarias: la calidad de la enseñanza en la mayoría de las universidades que no son de la Ivy League es la misma. Lo que es diferente es el entorno. ¿Qué es lo que hace que su estudiante se sienta más cómodo: una pequeña escuela de artes liberales o una gran escuela estatal? Hay muchas en ambas categorías en todos los puntos del continuo de costos.

Muchas escuelas de ambas categorías tienen dificultades para atraer a candidatos de calidad. Estarán ansiosas por aceptar a un joven brillante y prometedor que pueda hacer de su escuela un lugar mejor. Estas escuelas pueden ofrecer subvenciones, becas, ofertas de trabajo y estudio y otras exenciones de matrícula.

Si su hijo se muestra reacio a considerar escuelas que no tengan un precio de élite, tal vez quiera plantearle la preocupación como una deuda futura. Utilice ejemplos actuales de personas que acaban de graduarse y no pueden encontrar trabajo en sus campos. Anímelos a pensar en los próximos cinco o seis años de su vida, en lugar de sólo en los próximos cuatro.

Echa un vistazo a los préstamos

Si no tienes nada ahorrado para la universidad, la triste realidad es que probablemente tendrás que pedir prestado al menos algo. El gobierno federal establece un límite a la cantidad que presta a los estudiantes, en función de la contribución familiar estimada (EFC, por sus siglas en inglés). Estos préstamos tienen tasas bastante favorables y buenas condiciones de pago que ayudarán a los jóvenes a mantenerse alejados de los problemas.

Pedir un préstamo para la universidad no es el fin del mundo, pero tendrás que devolver todo ese dinero, ya sea que obtengas un título al final de la aventura o no. Esto puede ser una carga seria para un recién graduado, incluso con programas de pago basados en los ingresos. No te dejes llevar por el “aumento de la deuda”, o la sensación de que, dado que estás pidiendo prestado, no hay razón para pedir prestado menos de lo máximo que puedas. Una deuda de $19,000 es mejor que una de $20,000. Cada dólar que no pides prestado se ve agravado por la ausencia de intereses en el otro extremo.

Sin embargo, además de una hipoteca, un préstamo estudiantil es la inversión más segura que puedes hacer. El potencial de ingresos de los graduados universitarios es significativamente mayor que el de un graduado de la escuela secundaria. No hay por qué avergonzarse de pedir prestado para pagar la escuela. Simplemente, utilízalo de manera responsable.

Considere opciones no tradicionales

No existe ninguna regla que diga que todos los jóvenes de 18 años tienen que graduarse de la escuela secundaria y luego inscribirse inmediatamente en la universidad. De hecho, en la mayoría de los demás países, el llamado "año sabático" es bastante común. Los estudiantes usan este tiempo para trabajar en empleos de medio tiempo, hacer voluntariado y mejorar sus currículums. La diferencia entre un graduado universitario de 23 años y uno de 22 es insignificante. Un estudiante que trabaje y ahorre durante un año entero podría ahorrar $10,000 para la universidad. Eso es suficiente para diferir el costo de la matrícula. Además, mejorar su currículum hará que sea mucho más fácil encontrar trabajo al final de la carrera.

Los colegios comunitarios también pueden ser una opción atractiva. La mayoría de ellos ofrecen matrículas con importantes descuentos para estudiantes excepcionales. Estas instituciones ofrecen los mismos cursos de educación general por una fracción del precio. No es una alternativa gratuita: tendrás que pagar la vivienda y el transporte. Sin embargo, el horario más flexible hace que sea más fácil trabajar a tiempo parcial mientras vas a la escuela, y cuesta la mitad o menos. Ningún empleador o escuela de posgrado reaccionará mal ante dos años de estudios universitarios comunitarios. Una vez que tu hijo se gradúe con un título de cuatro años, ese título será el mismo que el de un estudiante de cuatro años de esa escuela. Los colegios comunitarios no son gratuitos, pero ciertamente no son tan caros como un colegio residencial.

No tener ahorros para la universidad te deja atrás en la carrera educativa, pero hay muchas opciones alternativas. Ten una conversación franca y honesta con tu estudiante y luego haz lo que sea mejor para ti y tu familia. Y no olvides celebrar lo positivo: criaste a un niño inteligente.

 

¡Felicitaciones a los galardonados con la beca Climb Community Foundation de 2025!

Tienen el talento. Los respaldamos. Desde el servicio comunitario hasta la excelencia en el aula, nuestros becarios de la Fundación Comunitaria Climb están alcanzando grandes logros, y nos enorgullece apoyarlos.

Josué Sandoval Garibo
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